Orientación a resultados

"El diálogo es una comunicación no conflictiva, en la que ambos interlocutores están dispuestos a aprender del otro y, por tanto, lleva mucho más lejos la búsqueda de nuevos terrenos juntos."

Scilla Elworthy

Las tres orientaciones del enfoque INSPIRED pueden desplegarse de manera simultánea mediante la combinación de una serie de herramientas complementarias cuyo objetivo es obtener resultados en diferentes fases del proceso de diálogo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, pueden utilizarse en todas y cada una de las fases -Análisis Colectiva, Construcción de Consenso y Monitoreo y Alineamiento-, pero deben estar claramente orientadas a la obtención de uno o varios resultados en el marco más amplio del proceso de diálogo (cf: Tipos de cambio):

Para el éxito del diálogo es fundamental que todas las partes implicadas se pongan de acuerdo de antemano sobre las categorías cognitivas en las que se basarán las deliberaciones, ya que éstas determinarán la eficacia de sus esfuerzos para comunicarse entre sí. Como en cualquier otro tipo de diálogo, sus respectivas reivindicaciones adoptarán la forma de mensajes clave, que pueden diferir en muchos aspectos pero que, sin embargo, deben mantenerse dentro de una determinada sintonía o "longitud de onda" con el fin de evitar el tipo de cacofonía que sólo puede conducir a la incomprensión y la desconfianza. Esto es precisamente lo que ofrece la política pública: como punto intermedio entre lo político y lo técnico, es lo suficientemente amplia como para abarcar todos los aspectos relevantes de una determinada reforma, al tiempo que proporciona a todos los actores implicados un marco común para abordar los retos que se plantean. Además, llevar el debate al nivel de la política es un medio de trasladar los valores a la acción pública, lo cual obliga a las partes implicadas a evaluar sus propuestas en términos de viabilidad y a anticipar los problemas que podrían surgir durante su posterior aplicación.

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