Asegurar el alineamiento del apoyo de los donantes con las prioridades indicadas en la Hoja de Ruta

Uno de los aspectos más interesantes del enfoque multi-actor adoptado a lo largo del proceso de diálogo es que permitiría, tanto a los donantes como a las propias partes implicadas, evaluar sus capacidades reales en su conjunto y en función de los objetivos de la política pública contenidos en la Hoja de Ruta para la Reforma, en lugar de como entidades aisladas, que es, por desgracia, la forma en que se siguen concibiendo muchos programas de fortalecimiento institucional. Al proceder de ese modo, tanto los gobiernos como los donantes estarán en mejores condiciones de evitar las trampas de capacidad resultantes de lo que Andrews, Pritchet y Woolcock han denominado "mimetismo isomórfico: la tendencia de los gobiernos a imitar los éxitos de otros gobiernos, replicando procesos, sistemas e incluso productos de los ejemplos de "mejores prácticas" (véase la Biblioteca).

Como resultado, la Hoja de Ruta para la Reforma puede contribuir directamente al alineamiento de la cooperación internacional con la agenda doméstica de reforma desarrollada por los principales actores del país. Esto, a su vez, aumentará la apropiación local de las prioridades de reforma, al tiempo que mejorará la coordinación entre las actividades de apoyo a la democracia y la asistencia técnica. Todo lo cual, en última instancia, debería dar lugar a programas mejor diseñados que tomen como punto de partida la realidad del país y del área política a la que se presta apoyo, en lugar de modelos ideales que rara vez se ajustan a las prácticas existentes y tienden a descuidar todo el potencial y las capacidades de los actores nacionales.

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