Agentes sociales

Aunque algunas organizaciones donantes los incluyen en la categoría de "sociedad civil", los sindicatos y las asociaciones empresariales tienen un papel distinguido en la política laboral, así como sus propios mecanismos de consulta y negociación (normalmente conocidos como diálogo social), por lo que el enfoque INSPIRED los aborda como un tipo de actor diferente de las OSC. Además, el hecho de que varios procesos de diálogo INSPIRED hayan tenido lugar en el marco del SPG+, el plan de la UE que vincula las ventajas comerciales a la ratificación de los convenios internacionales sobre derechos laborales -entre otros-, ha determinado la elección de temas políticos estrechamente relacionados con el diálogo social, aunque normalmente con un enfoque en los grupos vulnerables. Desde el tratamiento de los derechos laborales de las mujeres armenias, de las personas con discapacidad en Mongolia y Kirguistán o de los trabajadores domésticos de Cabo Verde, hasta el fortalecimiento del mecanismo de mediación laboral en Georgia, muchos anfitriones del diálogo INSPIRED se han esforzado por involucrar a los sindicatos y a las asociaciones empresariales como actores clave en sus procesos de diálogo, con distintos grados de éxito.

En primer lugar, hay que señalar que los agentes sociales siguen muy apegados a su propia forma de negociación, el diálogo social tripartito, que en muchos casos consideran negativamente afectado por la proliferación de otros foros de diálogo que incluyen a las organizaciones de la sociedad civil y a otros actores. Esta preocupación, por legítima que sea, no se sostiene en países en los que la mayoría de la mano de obra no está sindicada o en los que todo un sector -como el de los trabajadores domésticos- ni siquiera está cubierto por la legislación social. Por no hablar del antiguo espacio soviético, donde los sindicatos siguen asociados al régimen anterior y permanecen estigmatizados a los ojos de la población.

Es precisamente en estos contextos donde los agentes sociales se han mostrado más abiertos a participar en el diálogo sobre políticas, aunque con algunas dificultades para salir del "marco laboral" para ver el panorama político más amplio. Esto se debe en parte a una especie de inercia institucional, pero también a su mandato, que en el caso de los sindicatos limita el alcance de sus negociaciones a los intereses de sus afiliados. Por su parte, las asociaciones empresariales también velan por sus representados, pero están igualmente interesadas en promover cualquier labor legislativa y medida económica que pueda mejorar el entorno empresarial en sus países, lo que las hace más proclives a participar en actividades de promoción y cabildeo. Sin embargo conviene tener presente que entre ambas partes existe una larga tradición de desconfianza mutua que puede poner en peligro fácilmente la dinámica de confianza que el proceso de diálogo pretende desarrollar.

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