Las partes implicadas
A estas alturas debería estar claro que la elaboración de políticas, a pesar de estar dirigida por el gobierno, es una empresa compleja y polifacética que implica a un amplio abanico de partes implicadas en diferentes etapas del proceso. Esto significa que el aumento del grado de inclusión y de participación en los diálogos sobre políticas públicas no es una cuestión de elección, sino más bien de necesidad, ya que solo mediante la incorporación de las principales partes implicadas los funcionarios gubernamentales y los responsables políticos pueden garantizar que "sus" políticas no fracasen allí donde lo hacen la mayoría, es decir, durante la aplicación, que es cuando surgen los problemas derivados de la falta de apropiación y de cooperación por parte de aquellos actores clave que han sido indebidamente descuidados durante la formulación.
En la mayoría de los casos, las mejores políticas son las que se construyen sobre la base del diálogo, y para que ese diálogo sea significativo y de verdad allane el camino hacia un cambio sostenible debe incluir la perspectiva de todas las instituciones y organizaciones que tienen un interés directo y/o pueden marcar la diferencia en el ámbito de la política pública que está siendo abordada; en otras palabras, aquellos actores que o bien pueden afectar o bien pueden verse afectados por la reforma en cuestión. Por supuesto, deberá incluir a miembros del gobierno y a los funcionarios competentes dentro de la administración pública, pero también a representantes de partidos políticos, miembros del parlamento, activistas cívicos y representantes de organizaciones de la sociedad civil, así como a representantes de los pueblos indígenas u otros tipos de líderes comunitarios tradicionales, representantes de empresas o expertos y académicos con conocimiento de la materia. En cierto modo, el ingrediente clave para el éxito es la capacidad de identificar a estas organizaciones (y a las personas que pueden representarlas) con el fin de implicarlas en el proyecto desde el principio, fomentando su apropiación del proceso y aprovechando sus conocimientos y habilidades para elevar el perfil técnico, humano y político del diálogo.
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