Asignación de recursos para la aplicación de la hoja de ruta
Comprometerse con la aplicación de la Hoja de Ruta para la Reforma es una cosa; aplicarla efectivamente es otra… y la diferencia entre ambas suele ser una cuestión de recursos -humanos, económicos, políticos, etc.-. De hecho, uno de los puntos más débiles del diálogo sobre políticas patrocinado por los donantes es que los representantes del gobierno puedan financiar las medidas de implementación resultantes con el apoyo de dichos donantes, un apoyo que no debe darse por sentado porque que tampoco tiene por qué ser descartado (de hecho, ese es el propósito del componente de alineamiento de los donantes en la tercera fase del modelo operativo). En aras de la apropiación y la sostenibilidad, los gobiernos de los países socios tienen que predicar con el ejemplo y movilizar sus propios recursos para demostrar su compromiso con la reforma y asumir el liderazgo ante las demás partes implicadas en el proceso.
En Georgia, la escasez de mediadores laborales debidamente formados y homologados se planteó durante el diálogo como uno de los problemas más acuciantes para la correcta aplicación de un mecanismo efectivo de mediación laboral; en efecto, el hecho de que la asignación de mediadores se retrasase con frecuencia acababa por socavar la posibilidad de concluir eficazmente el proceso de mediación en un plazo razonable. Tras la aprobación de la hoja de ruta para la reforma de INSPIRED, el subdirector del Ministerio de Sanidad y Asuntos Sociales se comprometió a aumentar el número de mediadores de 11 a 18 (y finalmente aumentó el número a 17).
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